Ser feminista

Ser feminista desde mi posición de: MUJER, BLANCA, CON ESTUDIOS SUPERIORES, CON TRABAJO, CON CASA, SIN CARGAS SOCIALES IMPUESTAS, DE CLASE MEDIA, HETEROSEXUAL, SIN HABER SUFRIDO ABUSOS DE NINGÚN TIPO,  podría no tener sentido. Yo qué reivindico. Si podría equiparar la mayoría de mis derechos a los de un hombre.

Pues yo desde mi lugar y PRIVILEGIO tengo el deber y me veo en la corresponsabilidad de exigir los derechos para mis iguales, para que todos los seres humanos tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades. Para que el nacer de un sexo u otro, con una orientación sexual u otra. Puedo hablar sin miedo a los que tengo delante, sin miedo a los que me rodean, sin miedo a los que me gobiernan, sin miedo a perder mi empleo, sin miedo a perder a mis seres queridos, sin miedo a perder mis propiedades. Puedo hablar con propiedad, puedo hablar con respeto puedo hablar sin rabia y sin odio, puedo hablar desde la convicción que hay hombres buenos que viven desde la paz. Puedo hablar para que la mitad de la población (los hombres) nos escuchen y se unan al movimiento igualitario que persigue el feminismo.

Logros Feministas en OCEANOGRÁFICA y política de protección a la mujer.

– El hecho de que yo (mujer)  tenga el mismo tipo de estudios que mi compañero de trabajo honra a mi familia que con un gran esfuerzo logró pagarme los estudios y me permitió lograrlo,

– El hecho de que mi salario como mujer sea igual que mi compañero de trabajo honra a mi compañero que otorga a mis tareas el mismo valor que a las suya cuando él se dedica a obtener contratos mucho más remunerados y mis tareas en buena parte no suponen un ingreso directo para la empresa. Esto es un gran logro social: y sino mira todas esas mujeres campesinas (agricultoras o ganaderas que ni siquiera han cotizado durante años trabajando igual o más que los hombres). Esto me da independencia y libertad en mi vida. Tengo mis propios ingresos y aporto a la unidad familiar lo mismo que mi compañero, no hay una superioridad.

– El hecho de cotizar a la SS por mi trabajo de la misma forma que lo hace mi compañero de trabajo nos equipara en derechos sociales. Esto es lo que las mujeres del campo y la mar reclaman TITULARIDAD COMPARTIDA, no trabajar a la sombra y sin derechos sociales.

– El hecho de que ambos seamos administradores solidarios nos otorga la misma capacidad de obrar libremente en nombre de la empresa.

– El hecho de tener más participaciones en la empresa que mi compañero, esto es un PRIVILEGIO que me concede mi compañero para protegerme como mujer. En caso de discrepancia mi superioridad numérica hace prevalecer mi opinión frente a la suya y esa es realmente mi protección. Ya me gustaría a mi que esta medida estuviera más extendida en nuestra sociedad. ¿Es que acaso conocen muchos casos como éste?

El hecho de pertenecer a la misma unidad familiar no tienen nada que ver con que se equiparen y se visibilicen los mismos derechos y mucho menos con que se vanalicen los privilegios.  Hoy en día las unidades familiares no son inamovibles y estables. El hecho de trabajar y compartir empresa con mi pareja no implica que esto sea un camino de rosas, y aunque nos da fortaleza y produce encuentros en determinadas situaciones también produce desencuentros y debilidades por este mismo hecho. Así que esto no puede ser esgrimido como un argumento para banalizar los PRIVILEGIOS que se me han concedido.

Este privilegio me protege a mi para que en caso de ruptura de la empresa o de la unidad familiar mis posibilidades de salir adelante sean un poco más equitativas a las de mi compañero, porque una mujer con las mismas características de edad, formación carga familiar etc. no tiene en nuestra sociedad las mismas oportunidades que un hombre para rehacer su vida y su vida laboral.

Cristina Fernández Gil