La Comisión Ballenera Internacional decide el futuro de las Ballenas

La reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) se está celebrando en Funchal, desde el 22 y hasta el 26 de este mes para discutir la moratoria firmada en 1986 sobre la caza de ballenas. Una reunión polémica para decidir el futuro de las ballenas, que según los ecologistas siguen en riesgo de extinción debido a que se capturan unos 2.000 ejemplares al año pese a estar prohibido.

En la reunión participan 85 países que intentan poner de acuerdo a partidarios y detractores de reanudar la caza comercial de las ballenas, suspendida desde 1986, con el objetivo de crear un modelo de «gestión común» de las poblaciones de ballenas. Los miembros de la CBI discuten si los treinta años de moratoria en la caza de las ballenas con fines comerciales son suficientes para la recuperación de las especies, permitiendo establecer nuevas cuotas de captura.

Otros temas como las acciones de supervivencia para los pueblos indígenas, los métodos de caza, la conservación de las especies, los delitos y las cuestiones presupuestarias y financieras también se están discutiendo en esta 61º reunión de la CBI.

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Bob Pearce / Reuters

Comprender ambas partes – defensores y detractores:

Los países defensores de la caza – Japón, Noruega e Islandia- critican que la CBI se ha alejado de su objetivo inicial, que era conservar la población de ballenas y así asegurar su caza, para dedicarse a proteger la especie.

Los detractores de la captura pertenecen en su mayoría a las naciones miembros de la Comisión. Entre estos países, Brasil vuelve a plantear en esta reunión su propuesta de crear en el Atlántico Sur un santuario para las ballenas, ya protegidas en ciertas áreas del Índico y del Ártico.

Las naciones interesadas en la caza sostienen que, aunque la explotación de las reservas en el pasado fue abusiva (el año de 1962 se mataron más de 60.000 ballenas) la población en aumento de ciertas especies permite de nuevo su captura.

Estos países a favor de la caza no han abandonado esta práctica. Este es el caso de Noruega, que presentó una objeción a la prohibición y continúa cazando ballenas. Islandia, que decidió reanudar la captura en 2006 y Japón, que mantiene la caza bajo un programa de «investigación científica», permitida por la moratoria, y con el argumento de asegurar la subsistencia de grupos de indígenas que dependen de esa actividad.

Este último país aspira a obtener permiso para retomar la caza de unos 2.000 ejemplares de media al año, aunque para lograrlo la CBI tendría que modificar los mecanismos que gestionan y garantizan la conservación de los cetáceos.
Fuente: RTVE.ES/EFE

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